¿Por qué traductora? Por curiosidad, por amor a los idiomas y a la comunicación. Mi reto, cada día, es aprender, descubrir cosas nuevas y gracias a la traducción, ganar este reto está asegurado. Y, por otro lado, en un mundo cada vez más globalizado, es muy gratificante poder tender puentes entre las diferentes culturas y ayudarlas a entenderse.
¿Qué no te puede faltar en la traducueva? Una conexión a Internet eficiente para poder navegar de forma cómoda, mis dos ordenadores —por si me falla uno— y, por qué no, un paisaje inspirador y, si puede ser, verde.
¿Qué es para ti lo mejor de la profesión? Se empieza a envejecer cuando se deja de aprender. Las mentes curiosas no envejecen nunca. La traducción es mi elixir de la eterna juventud.
¿Y lo peor? Mucha gente se cree que por dominar una lengua extranjera ya pueden ser traductores, mientras que la traducción es una profesión que requiere rigor, disciplina y competencias redaccionales que sobrepasan el mero hecho de dominar dos idiomas. Destacaría también la mala calidad de redacción de algunos textos de origen. Un calvaire (un calvario).
Si no fueras traductora… La docencia es mi vocación, la traducción, mi pasión.
¿Qué le dirías a tu yo del pasado? Me imagino que muchas cosas. Nada es perfecto, el pasado incluido. Pero prefiero centrarme en mi yo presente como traductora para perfeccionarlo.
¿Trados o MemoQ? Las herramientas TAO son imprescindibles, aunque tampoco existe la herramienta de TAO perfecta. A cada traductor sus necesidades y sus hábitos de trabajo. Suelo utilizar Trados, pero no siempre. Nunca lo usaría para una transcreación, por ejemplo.
¿Cuál es tu anécdota más curiosa como traductora? Más que una anécdota es el hecho de que nunca me hubiera imaginado hacer interpretación a distancia en wolof —principal dialecto de Senegal— al español. Y noto el gran alivio de médicos, policías, agentes de cruz roja, ayuntamientos… después de ayudarlos a entenderse con el colectivo de Senegal. Es un trabajo muy gratificante.
Llevo 10 años como traductora autónoma después de dedicarme varios años a la docencia en Francia, Senegal y España, años enriquecedores que me ponen en una situación privilegiada a la hora de traducir. De la docencia y la investigación, he adquirido excelentes aptitudes redaccionales, la curiosidad, la disciplina y el rigor, imprescindibles para cualquier proyecto de traducción y revisión de textos. Trabajo con numerosas empresas en varios ámbitos: cosmético, turístico, médico, técnico, jurídico y comercial.
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