En algún momento de nuestra carrera, todos los traductores tenemos problemas con esta, en apariencia, sencilla pregunta. Evidentemente, es mucho más difícil de responder cuando recién uno empieza en el mundillo, pero en los distintos foros y grupos de traductores no es extraño encontrar traductores e intérpretes experimentados que piden consejo a otros compañeros para cotizar algún servicio que no acostumbran a ofrecer.
Como hemos dicho antes, esta no es una pregunta sencilla de responder porque depende de una gran cantidad de factores. El primero que tenemos que tener en cuenta es el par de lenguas con el que se trabaja. No vale lo mismo una traducción del suajili al nepalí (un par que seguramente sea imposible de conseguir) que si tu par es el clásico EN/ES. Este es, pues, el primer escollo que tenemos que sortear es ver el valor de nuestro par de lenguas.
El segundo condicionante es el servicio que ofrecemos. La traducción literaria y audiovisual está, por lo general, bastante peor pagada que la traducción técnica o jurada. El precio por página o por minuto de vídeo suele resultar bastante más desfavorable que el precio por palabra. Luego tenemos la revisión o la posedición, que se suelen pagar, por lo general, a la mitad que la traducción en precio por palabras (en teoría no debería llevarte tanto tiempo como la traducción).
Tercera circunstancia: el lugar en el que vives y dónde está tu cliente. Este es el punto caliente. Evidentemente, no en todos los países del planeta hay el mismo nivel de vida. Los mil euros que en España no te dan ya ni para mal vivir te hacen capitán general en Indonesia o en Uganda. Muchos traductores de países con menor poder adquisitivo ofrecen tarifas mucho más bajas que las sus colegas en países con un nivel de vida más caro, lo que muchas empresas aprovechan para conseguir traducciones a un menor coste (traducciones que luego venderán a precio de país con alto poder adquisitivo) y así se lucran a costa de las desigualdades existentes en el mundo.
Suponemos que alguno estaba esperando una entrada llena de números y tablas que le pudiera guiar un poco en este loco sistema de precios de la traducción y la interpretación. Lo sentimos, pero el sentido de este texto es llamar la atención sobre el hecho de que muchas empresas utilicen la pobreza o el menor nivel de vida de algunas zonas para bajar los precios de compra de traducciones —que no los de venta— y poder llenarse los bolsillos. En un mundo globalizado, debemos pelear por lo nuestro y ser uno ante la explotación y el abuso. Nosotros en RJ Languages, nunca buscamos traductores baratos en países con menos poder adquisitivo. Pagamos a todo el mundo por igual y pensamos que así debe ser. Porque el precio del trabajo de un buen profesional hay que valorarlo y pagarlo.
Esperamos haberos hecho reflexionar un poco. Es un tema complicado y de difícil solución, ya que juegan con el hambre de la gente, y eso es muy delicado. Pero nos gustaría conocer vuestra opinión sobre este asunto. Tened también en cuenta que muchos países cuentan con asociaciones de traductores profesionales que os pueden ayudar a conocer el precio justo de una traducción.
No os olvidéis de dejarnos un comentario o compartir si os ha parecido interesante. La semana que viene hablaremos un poco de cómo se pueden usar las redes sociales como herramienta de marketing para traductores. Que tengáis buena semana y hasta el jueves que viene.
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